Textos de economía
En éste ámbito, el uso
de eufemismos tiene la intención de evitar la mayoría del tiempo disputas entre
los sindicatos y los empresarios. Este tema es un poco delicado porque la
economía tiene una importancia trivial en nuestros días, por ello, recurrir a
eufemismos se considera más que necesario.
“El Gobierno contempla una mayor flexibilidad en el despido y medidas para desincentivar la temporalidad en los contratos.”
En
este caso, la expresión aparece en la revista consumer de 4 de junio de 2010, publicada por la cooperativa de
consumo eroski, en un artículo en el
que se analiza la reforma laboral que en ese momento estaba abordando el
Gobierno.
En
esa reforma el Gobierno quería facilitar la posibilidad de que las empresas pudieran
despedir a sus trabajadores sin excesivo coste para ello y simplificar el
procedimiento del despido. Este hecho es tratado de una manera completamente
diferente según quién sea el que opine sobre ello. Así la patronal y el
Gobierno, para intentar reducir el rechazo que medidas como esta causan siempre
entre los sindicatos y los trabajadores, se refieren a esto como flexibilidad
en el despido, queriendo dar con ella una imagen de agilidad y deficiencia en
la gestión de las empresas. Sin embargo, los trabajadores y sus representes,
los sindicatos, presentan esta misma medida como despido libre, es decir, como
una pérdida de derechos laborales conseguidos a lo largo de muchos años de
lucha sindical.
En
realidad, se podría partir de la palabra “despido” que significa, según la RAE:
decisión del empresario por la que pone término a la relación laboral que le
unía a un empleado, sin embargo, aquí lo que nos interesa es el uso del
eufemismo, que intenta ocultar con expresiones tales como “flexibilidad en el
despido” la difícil realidad.
Por
tanto, queda claro que el recurso a la “flexibilidad” es en definitiva un
mecanismo para hacer más admisible las medidas que en el ámbito de la
regulación laboral quería adoptar el gobierno e intentar también disminuir el
riesgo de rechazos políticos a la aprobación de la reforma y de protestas
sociales en términos de huelgas, manifestaciones, etc. Y por tanto, intentan
minimizar el desgaste que la adopción de medidas de este tipo conlleva a los
gobiernos que las adoptan, sobre todo si es un Gobierno de izquierdas.
¿Por
qué se utiliza el sustantivo “flexibilidad” y no cualquier otro? Porque ésa
palabra encierra inicialmente connotaciones positivas. Flexibilidad es
equivalente a agilidad, tolerancia y a términos que en general denotan
capacidad de adaptación. En ése sentido al emplear flexibilidad junto a despido
se está en cierta manera dando a entender que lo que se está haciendo no es una
merma de derechos o una agresión a la estabilidad laboral que tanto a costado
conseguir, sino una adaptación a las nuevas circunstancias de la economía
internacional. Con ello quieren decir que no se están quebrantando sus derechos
laborales sino adaptando a las reglas de juego del mercado laboral a las
actuales circunstancias.
Aquí
el debate está en sí las medidas que se proponen tienen como fin facilitar la
pronta superación de la crisis económica que permita la nueva contratación de
trabajadores posteriormente o si se trata de una mera reducción de coste para
que los empresarios no pierdan su volumen de beneficios. Y en ese sentido si el
medio de comunicación es proclive al sector empresarial utilizará el término
flexibilización en el despido, es más, no sólo utiliza esa expresión sino la de
flexibilidad en el empleo, para suavizar aun más las medidas no utilizando
“despido” sino “empleo” que es más positiva, mientras que si es defensor de las
teorías sindicales o de la política más de izquierdas, utilizará despido
salvaje.
“OCDE pronostica crecimiento negativo de economía mundial”
Este
eufemismo aparece en el medio de comunicación El Universal aludiendo a unas declaraciones de la OCDE que es la
organización de los 30 países más industrializados del mundo. Tenemos ahí, a
los países que para no reconocer su fracaso, en lugar de admitir abiertamente
la situación la oculta, la disimula tras una expresión tan contradictoria como
“crecimiento negativo”. Términos absolutamente contradictorios entre sí en la
medida en la que un crecimiento negativo no es otra cosa que un decrecimiento o
disminución. Este es uno de los paradigmas de eufemismo. Con este término se
alude a conceptos como crisis, recesión, déficits, por miedo a protestas y
revueltas sociales.
Esto
es una segunda fase que comenzó con otro eufemismo célebre que fue el de la
“desaceleración económica”. Aquí también en lugar de hablar de recesión, hablan
de “desaceleración”, como si en vez de retroceder, se vaya avanzando pero
lentamente. Este primer eufemismo, cuando ya no se pudo soportar por la
evidencia de la profundidad de la crisis, dio paso a un segundo que es el de
“crecimiento negativo”. Todo un arte en el regate de la realidad equiparable al
lenguaje que habitualmente se utiliza en el ámbito de la diplomacia política.